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Contrario a lo que se piensa, el origen del origami habría tenido lugar en China a principios de la era cristiana. Esto es lo que sabemos.
Entre las prácticas artísticas más importantes que se atribuyen al continente asiático está el origami. La historia de esta disciplina está ligada a la de su material fundamental: el papel. Actualmente, esta expresión se encuentra distribuida en todo el mundo gracias a la accesibilidad que supone su elboración, aunque en un principio no fue así.
El origen de la palabra origami viene de dos vocablos japoneses: oru (doblar) y kami (papel, o dios, según el contexto). Dicho lo anterior, el término da nombre al arte de plegar papel con el propósito de formar objetos bidimensionales y tridimensionales. Sobre este punto Britannica agrega que, aunque el inicio de esta disciplina se suele asociar a Japón, varios historiadores europeos coinciden que en la misma técnica pudo surgir en diferentes países sin la influencia directa de Oriente.
Actualmente, el origami se ha extendido a todo el mundo. A su práctica se le han atribuido beneficios importantes. Luego de varias investigaciones, Mental Health Foundation ha concluido que las terapias artísticas —como la que implica el origami— ayudan significativamente a la salud mental. Realizar una actividad de esta naturaleza puede:
Origami Pulse CIC explica que el origami tiene la propiedad de fijar la atención en el tiempo presente y estimular zonas del cerebro relacionadas al óptimo funcionamiento de la memoria a corto plazo.
El origen exacto del origami es difícil de rastrear, pues la información referente al tema es escasa antes del siglo XV, apunta Britannica. No obstante, diversas fuentes señalan que, contrario a lo que se cree, este arte habría surgido en China.
Con ello en cuenta, la historia del origami está vinculada a la del papel, invento atribuido a Cai Lun, funcionario de la corte china. Este hombre introdujo las hojas en el año 105 de la era cristiana, en su búsqueda por una superficie más accesible sobre la cual escribir.
Entonces, el antecedente más antiguo de lo que se conoce como origami viene de China. En este país, el papel fue utilizado, sobre todo, para la representación de objetos inanimados, como cajas y botes. Tiempo después, la técnica encontraría otras manifestaciones.
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Los responsables de llevar el papel a Japón habrían sido los monjes budistas, esto en el siglo VI. Sin embargo, a la llegada de esta invención a territorios nipones el uso correspondió a fines religiosos, debido al alto costo del papel.
Cuando la producción de este material aumento, su popularidad y diversidad de usos también lo hicieron. De este modo, el origami se instauró como una tradición japonesa. Pese a esto, la disciplina artística comenzó en los estratos más altos de la sociedad de ese país asiático. Se le consideraba una habilidad elitista.
Para ejemplificar lo recién mencionado está la antigua corte imperial japonesa, espacio donde el origami era visto como una actividad elegante. Poco a poco, la técnica fue llegando a otros grupos que comenzaron difundirla entre el resto de la sociedad.
Aunque las primeras formas del origami en Occidente datan del siglo XVIII, fue hasta el XX que a esta región empezaron a llegar manuales enfocados a la instrucción de la técnica. En este contexto, el mago e ilusionista británico, Robert Harbin, publicó en los años 50 el primer libro europeo sobre origami. Se considera a este hecho un parteaguas hacia el reconocimiento del arte del plegado de papel en otros continentes.